Si tienes más de 25 o 30 años y sigues viviendo bajo el techo de tus padres y no sales de ahí porque le tienes terror a vivir en alquiler, si tienes tiempo para jugar videojuegos o ver maratones de series, si nunca te has peleado con otro hombre o si tienes problemas de obesidad, depresión o cualquier “trastorno” de la conducta… no eres más que un niño.

No estamos apoyando la violencia, ni mucho menos. El enojo solo es una muestra de debilidad en tu carácter, pelear también significa defender tus propios ideales, detener a otros cuando estén intentando humillarte, defenderte cuando la situación lo amerita y defender a los tuyos.

Claro, si tienes la oportunidad de hacer un entrenamiento de combate o entrenar un arte marcial, tómala, esto te ayudará a librarte al miedo a los golpes y sentirás algo de la esencia de la masculinidad antigua. No es nada grato pensar que un día vas a tener que defender con los puños tu integridad, a tu familia o hasta tus ideales, pero poco ha cambiado en realidad desde que vivíamos en tribus pese a todos los adelantos y la civilización.

No va a faltar un envidioso o cualquier enemigo que querrá imponerse ante ti por la fuerza, y es ahí en donde debes demostrar que estás preparado. Si vas al gimnasio, excelente, pero complementa tu entrenamiento físico con algún arte marcial para preparar tu cuerpo y tu mente ante amenazas externas y con ejercicios de resistencia como salir a correr o HIIT. Conviértete en una bestia, pero controla ese poder destructivo y úsalo sólo como último recurso.

“Es mejor ser un guerrero en un jardín, que un jardinero en una guerra”.

Como hombre sólo tienes dos opciones en la vida: ser masculino o ser miserable.

Asume tu naturaleza masculina: desafíate, conquista, emprende, protege, supérate.

Rechaza el adoctrinamiento generalizado que te quiere débil, feminizado y hasta desviado. El mundo necesita desesperadamente más masculinidad, no menos.

La sociedad está diseñada para esclavizarte. Hay una razón por la que la pornografía es gratis, la comida rápida barata y la droga fácilmente accesible. Quieren que seas un perdedor, y ese es el problema de la “masculinidad” actual. Las mujeres quieren cambiar al hombre y “reconstruir la masculinidad”, porque piensan que un hombre “masculino” es aquel machista que quiere que su mujer haga todo sin el aportar, que recurre a gritos y a la violencia cuando las cosas no salen como quiere, que son esclavos de su deseo sexual y no pueden controlarse.

Pero esos son hombres a los cuales les falto un padre, tiene una mala educación, fueron sobreprotegidos y les dieron todo desde chicos o incluso son hombres enfermos, rechazados de la sociedad, resentidos que piensan que el mundo les debe algo.

Los hombres realmente masculinos protegen a los suyos, saben controlar sus impulsos de ira y sus impulsos sexuales, saben dialogar ante los problemas, buscar soluciones y si han sido rechazados, siguen intentándolo y no se rinden ante la primera dificultad… ante la primera piedra en su vida.

El mundo moderno necesita desesperadamente más hombres que conquisten, asuman responsabilidades, inspiren a los demás, luchen por una causa y defiendan lo que es suyo.

“Ya es hora de que dejes de ser un niño…”

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